«Recibir, guardar y donar» fue el paso que orientó el camino de Novoneyra, quien tuvo una infancia plena en las tierras montañosas y solitarias del Courel. Así quiso ofrecer, también en cuento y en lengua labrada, esas primeras miradas, aventuras, sueños y conocimientos.

Los llamó Contos de Roxín Roxal y los imaginó envueltos en cuero y manuscritos, perdidos y encontrados. Tres de ellos ya habían sido publicados por él en la década de los 90: O cubil do Xabarín (1990), Gorgorín e Cabezón (1992) e Ilda, o lobo, o corzo e o xabarín (1998). Los otros cuatro que acompañan este volumen (A cabana de Sancor, Lucín e as paxarelas, Colorín e Mirabrouco y Vagaface, Brumalión e o can de pedra) durmieron en un cajón de su casa natal, hasta ser encontrados, casi como él mismo imaginó.

Ilustrados por Miguel Robledo, acompañados por glosarios en los que el autor quiso sostener cada palabra, en los cuentos de Novoneyra nada es ajeno, como tampoco lo fue en su obra: la plenitud de los seres y de la tierra, los sueños últimos, la voz frente a la injusticia, la celebración de la amistad, el amor feliz y el canto.

En los medios

• Saen do prelo os contos de Roxín Roxal. Branca Novoneyra para Nós Diario (23/12/2021)